COLEÓPTEROS O INSECTOS DE CICLO LARVARIO
Insectos cuya característica común es que se alimentan de la madera durante su etapa de larva, realizando galerías que disminuyen la capacidad resistente de la pieza. Las larvas permanecen en el interior de la madera un período muy variable en función de la especie que puede ir desde unos meses hasta más de diez años y es durante esta fase cuando producen daños en las piezas de la madera. Al acercarse el final de su ciclo de vida, la larva se aproxima a la superficie de la pieza, crea una cámara aislada dónde se transforma en pupa y sigue su proceso de metamorfosis hasta convertirse en un insecto adulto con alas. Éste rompe la cámara de pupación y la fina capa de madera que queda superficialmente y sale al exterior para aparearse; la hembra volverá a colocar huevos en las piezas de madera.
Los orificios de salida en la superficie de la madera indican, por tanto, que al menos ha vivido dentro una generación.
Los principales coleópteros xilófagos que actúan en España y que atacan a la madera puesta en obra están constituidos por las siguientes familias:
- Anóbidos (carcoma)
- Cerambícidos ( carcoma grande)
- Líctidos
- Curculiónidos (gorgojo de la madera)
- Bostríchidos
Los anóbidos son pequeños coleópteros de 3 a 11 mm de longitud, en estado adulto, conocidos vulgarmente como carcoma y son ataques característicos de los muebles antiguos, aunque también atacan a las piezas estructurales. Hay especies que se alimentan de la madera de conífera y otras de la madera frondosa. Por lo general, afectan a la albura y preferentemente con cierto contenido de humedad. Es frecuente que su ataque acompañe al de los hongos de pudrición.
La larva puede alcanzar una longitud de 3 a 5 mm. Los orificios de salida son de forma circular con 1,5 a 4 mm de diámetro, según la especie. La duración de su ciclo biológico es muy variable, desde un mínimo de 8 meses hasta 2, 3 o más años.
Las especies más frecuentes en España son el Anobium Punctatum y el Xestobium Rufovillosum.
De entre estas tres especies características destaca, por su frecuencia de aparición y la importancia de sus daños, el Anobium Punctatum. Los adultos de esta especie son de 3 a 5 mm de longitud y de color pardo oscuro. Las hembras fecundadas depositan los huevos (de 0,3 mm) en las superficies rugosas y en las grietas de la madera. Pueden depositar hasta 80 huevos por hembra. Después de 4 o 5 semanas, nacen unas pequeñas larvas blancas que penetran directamente en la madera. Las galerías se van incrementando de tamaño según la larva va creciendo, quedando llenas de serrín rugoso y áspero.
Al final del periodo larvario el insecto alcanza una longitud de 6 mm y pasa al estado de pupa en las cámaras situadas en las zonas próximas a la superficie de la madera. En éste estado permanece de 6 a 8 semanas, transformándose posteriormente en insecto adulto. Durante los meses de mayo a agosto los adultos salen al exterior perforando en la madera orificios circulares de 1,5 a 2 mm de diámetro, siendo en este momento cuando se puede detectar serrín que se cae de la madera infestada. Los adultos que viven de 3 a 4 semanas, son buenos voladores y se aparecen en el exterior de la madera cerrando casi su ciclo biológico.
CERAMBÍCIDOS (Carcoma grande).
Los insectos de la familia de los Cerambícidos son los xilófagos, de los que afectan a la madera puesta en obra, de mayor tamaño que existen en España. Se conocen como carcoma grande y atacan principalmente a las estructuras de madera, frecuentemente en cubiertas. En piezas antiguas es fácil observar algún orificio de salida de este insecto, aunque el ataque se encuentre inactivo. Por lo general sólo se alimentan de la albura de la madera por lo que en piezas de gran contenido de duramen el daño es limitado. Hay especies que se alimentan de coníferas y otras de frondosas.
Las especies más habituales en España son: Hylotrupes Bajulus, Hespherophanes Cnereus, Ergates Faber.
El ataque del Hylotrupes Bajulus, especie más frecuente y conocida, se da en maderas secas (entre el 10 y el 14%) y en particular en las estructuras de cubiertas. La larva puede alcanzar una longitud de 20 a 30 mm, tiene un díámetro de 6 mm y es de color blanco plateado.
Las galerías son de forma ovalada, siguen la dirección de la fibra, están taponadas por serrín y presentan marcas o estrías en las paredes de las mismas. El serrín es basto, tiene forma cilíndrica y no es expulsado al exterior, ya que las galerías están cerradas por una fina película de madera que las larvas dejan intacta.
El insecto adulto de esta especie posee el cuerpo deprimido, un color pardo oscuro y tiene una longitud de 10 a 20 mm, caracterizándose por las largas antenas que presentan. Los orificios de salida tienen forma elíptica con un diámetro de 6 a 12 mm. Las hembras pueden llegar a depositar de 150 a 200 huevos de 2 mm de longitud.
El ciclo de vida de los cerambícidos oscila entre los 2 y los 12 años de duración.
Los líctidos son insectos de pequeño tamaño (6 a 8 mm de longitud), de color pardo rojizo y se conocen vulgarmente con el nombre de polillas. Se alimentan de madera de albura de algunas especies de frondosas como el roble, el fresno y el olmo. Las condiciones óptimas para su ataque corresponden a un contenido de humedad de alrededor del 16% y una temperatura de 25º C. El daño más frecuente producido por estos insectos se da en los pavimentos de parquet de madera de roble, afectando sólo a las piezas que contienen albura.
En España sólo se dan dos especies: Lyctus brunneus y Lyctus linearis.
Las larvas perforan galerías paralelas a las fibras de la madera en las cuales acumulan un serrín fino similar a la harina o a los polvos de talco, y suele estar apretado por la larva en la galería. Los orificios de salida tienen forma circular con un diámetro de 1 a 2 mm.
El insecto adulto tiene una longitud entre 2 y 7 mm. Las hembras adultas viven 6 semanas y los machos entre 2 y 3 semanas. El ciclo vital normalmente es de 1 año, pero se puede reducir a 3 o 4 meses cuando la temperatura y humedad y el valor nutritivo de la madera son óptimos.
La duración del ciclo de vida de los líctidos es de un año aproximadamente, pudiendo ser más corto si existen temperaturas elevadas. Los daños provocados por este tipo de xilófagos pueden ser diferenciados de los producidos por los anóbidos, ya que si nos fijamos en las galerías realizadas por sus larvas éstas no son independientes como en el caso de los anóbidos, sino que toda la madera por debajo de la capa superficial puede estar totalmente destruido.
La brevedad de su ciclo biológico permite sucesivas infestaciones que pueden originar una rápida infestación de la madera.
CURCULIÓNIDOS (gorgojo dela madera).
Sus daños son muy parecidos a los de los anóbidos. Atacan a la madera de albura de las frondosas y las coníferas. Requieren una humedad en la madera mayor o igual al 20%. Las galerías que realizan las larvas y los insectos adultos en la madera de albura son de sección circular, similares a las de los anóbidos, los orificios de salida son circulares con un diámetro de 1 a 2 mm y el serrín que producen es parecido al de los anóbidos pero algo más fino y de forma heterogénea.
La duración del ciclo de vida oscila de uno a dos años, dependiendo de la especie. Los insectos adultos tienen una longitud de 3 a 5 mm.
La especie más destacada es el Apate Capuchina, debido a los daños que produce. Los insectos de esta especie se alimentan de la madera de albura de las frondosas boreales (castaño, chopo y roble). Realizan galerías circulares con diámetros de 3 a 6 mm. El serrín es muy fino, parecido a la harina, de color crema y se encuentra aprisionado en el interior de las galerías. El insecto adulto tiene una longitud de 4 a 6 mm. Los orificios de salida son circulares con diámetros de 3 a 6 mm.
Por las características del ataque pueden confundirse con los lícitidos, pero éstos realizan orificios de menor diámetro.
La duración del ciclo biológico es aproximadamente de un año.
ISÓPTEROS.
Las termitas son insectos del orden Isóptera que viven bajo una organización social avanzada. Son, junto con las hormigas y abejas, los únicos insectos que presentan una organización social en sus comunidades.
Constituyen una agrupación de individuos en la que los distintos tipos o castas, incapaces de vivir solitariamente, desempeñan diferentes cargos o funciones en el desarrollo de la colonia. El ciclo de vida de una colonia empieza con el vuelo, en forma de enjambre, de los individuos sexuados, que en ciertos días del año salen en gran cantidad del antiguo nido. Los individuos que constituyen una pareja buscan un lugar apropiado para el futuro nido, abriendo una cavidad en la que realizan la copulación. Los huevos que pone la hembra, futura reina, se convierten en ninfas que según las necesidades de cada momento pueden dar lugar a cuatro castas o individuos morfológicamente distintos:
- Individuos sexuados: Son los responsables primarios de la reproducción. Machos y hembras que tras el apareamiento darán lugar a nuevas colonias. Es característico de la reina el mayor tamaño de su abdómen respecto del resto del cuerpo.
- Individuos sexuados de sustitución o neotécnicos: son miembros que pueden reproducirse en caso de faltar la reina (responsable primaria de la reproducción), asegurando la continuidad de la colonia.
- Soldados: individuos con mandíbulas grandes; también hay formas especiales que están armadas con una glándula que produce una secreción pegajosa. Su misión es la defensa y la protección de la colonia.
- Obreros: su misión es realizar todos los trabajos de la comunidad como buscar alimento, alimentar a los demás individuos de la colonia, cuidar a la pareja real y construir, reparar y limpiar el nido. También son responsables de la construcción de los nidos y canales de desplazamiento. Son los miembros más numerosos de la colonia.
Las comunidades de termitas viven en nidos (termiteros). Una colonia de termitas está compuesta por la pareja real, algunos reproductores suplementarios, un gran número de obreras y soldados y los individuos inmaduros en diversas fases de desarrollo (ninfas). Las ninfas que emergen del huevo son equipotentes y la casta a la que pertenecen vendrá determinada por factores sociales y ambientales.
La única especie que ocasiona daños en las estructuras de madera en la Península y Baleares es la “Reticulitermes Lucifugus” o Termita Subterránea.


RETICULITERMES LUCÍFUGUS ROSSI.
Hábitat:
Las termitas subterráneas poseen nidos o centros reproductores fijos, que suelen encontrarse bajo tierra y casi siempre fuera de los edificios atacados, desde los cuales las obreras salen en busca de alimento. A través de sus nidos entran subterráneamente en los edificios en donde pueden formar nidos secundarios. Aprovechan pequeños rincones húmedos de muros y paredes o las cavernas ya producidas en la madera atacada (especialmente en las cabezas de vigas o detrás de zócalos) y una vez en la casa pueden interrumpir su comunicación con el nido principal, sin perjuicio para el desarrollo de la colonia en su nido principal.
La razón por la que las termitas hacen sus nidos bajo tierra es debido a que la tierra les aporta los 3 elementos indispensables para su supervivencia: la oscuridad, una temperatura moderada relativamente constante y una humedad permanente. Para su desarrollo necesitan un cierto grado de humedad en el suelo y un elevado porcentaje de humedad relativa del aire (95-100%). Durante su actividad recogen constantemente tierra húmeda con la que recubren los canales que construyen o en las galerías que practican en la madera para garantizar la conservación de la humedad.
Las colonias de termitas suelen ser enormes y pueden constar de un centro reproductor o de varias unidades interconectadas con lo que el daño es grandísimo debido a las poblaciones de gran tamaño. Cuando salen a por alimento, realizan túneles y galerías por diferentes materiales. Sin embargo cuando se encuentran con materiales duros que no pueden perforar, (rocas, metales, etc.) pueden verse forzadas a salir al exterior. En este caso construyen galerías exteriores con madera masticada y con materias fecales aglomeradas que las protegen del exterior, pudiendo alcanzar así la fuente de alimento y regresar al nido con el material recolectado.
Alimentación:
Las termitas se alimentan de madera y otros vegetales que contienen celulosa. En la alimentación de las termitas juega un papel importante el intercambio de alimento boca a boca y de ano a boca entre los individuos de la colonia (trofalaxia). Mediante este método las obreras alimentan a todos los individuos que no se alimentan por sí mismos (pareja real, soldados y ninfas). Pueden salir a buscar alimento a más de 30 metros del nido.
Daños provocados:
Los materiales que pueden dañar las termitas en busca de alimento son muy variados, y van desde la madera de la estructura de las edificaciones (vigas, tarimas, paneles, etc.) y la del interior, hasta cualquier recubrimiento de madera o papel de las paredes, así como cualquier material que contenga celulosa (papel, libros, cartón, etc.). En muchas ocasiones alfombras y otros tejidos fabricados con fibras sintéticas son dañados por la realización de orificios y galerías durante la exploración de las obreras en busca de comida.
En la madera abren galerías paralelas a la dirección de las fibras y sin serrín, dejando una delgada capa superficial intacta, de espesor muy reducido (1 a 2 mm), que impide determinar su presencia fácilmente. Estas galerías están tapizadas por una mezcla de tierra, partículas de madera, excrementos y saliva. Los daños son muy característicos dejando entre las galerías tiras de madera sin atacar, adquiriendo un aspecto similar al de “hojas de libro”. Esta forma de ataque ocurre porque les resulta más fácil alimentarse de la madera blanda de primavera y por lo tanto dejan intacta la madera más dura formada en verano.
En ciertos casos construyen canales de pequeño diámetro (1-2 mm) y de pared gruesa, constituidos por deyecciones aglomeradas por una substancia de secreción y tierra, que se endurece rápidamente al contacto con el aire. Estos tubos o canales sirven como vías de paso de una pieza de madera a otra y en ellos se mantiene un alto grado de humedad necesario para su supervivencia.


